El término Auditoría Energética se ha convertido en la actualidad en un asunto de interés en el sector industrial, con la única finalidad de reducir el consumo eléctrico. La mayoría puede entender que significa pero quizás no se conozca como llevarla a cabo. El punto de partida de un estudio energético es recopilar los datos disponibles de consumo, en facturas y contadores de energía. Lo que interesa averiguar es en qué se ha usado esa energía: que equipos, instalaciones, divisiones o edificios consumieron dicha energía y cuando. Para obtener respuesta a esa pregunta deben registrarse datos de voltaje y corriente a lo largo de un periodo de tiempo, lo cual puede hacerse con los registradores / dataloggers Electrocorder.
Antes de registrar datos es necesario conocer la instalación eléctrica del edificio o sistema a estudiar, cuyo esquema eléctrico puede ser detallado por el personal del departamento eléctrico. Esto ayudará a determinar los mejores puntos de registro y como acceder a ellos con el datalogger.
Para medir potencia (kW) y energía consumida (kWh) correctamente es necesario medir voltaje, corriente, factor de potencia y tiempo – en muchas situaciones puede ser suficiente medir solo corriente. La tensión que se recibe en la instalación no es constante, generalmente no se tiene control sobre ello. Sin embargo esas variaciones de tensión suelen ser cíclicas en un periodo de un día o incluso una semana, por lo que la tensión de red puede considerarse como ‘constante’ y no es estrictamente necesario registrarla. Para el propósito de un estudio comparativo se puede registrar solo corriente. Esto facilita la tarea puesto que no deben conectarse terminales de voltaje, únicamente deberán situarse las sondas de corriente (pinzas amperimétricas o anillos Rogowski) alrededor de los conductores y empezar a registrar. El software suministrado con los Electrocorder permite al usuario introducir el valor de tensión de red, solo en los registradores de corriente, para obtener la potencia calculada a la largo del tiempo.
Si se quiere ser riguroso hay que tener en cuenta que un incremento de la tensión de red origina un aumento del consumo de la mayoría de los equipos eléctricos. Por ejemplo, un electrodoméstico alimentado a 240Vac tomará un 4.3% más de corriente y como consecuencia consumirá casi un 9% más de electricidad que uno alimentado a 230Vac. Esto confirma que la asunción de considerar el voltaje constante no es válida para los usuarios puristas. La solución ideal consiste entonces en registrar voltaje y corriente para obtener potencias y consumos reales. En grandes instalaciones, una pequeña variación en la tensión de suministro puede conllevar un error grande en la energía total consumida en un periodo de tiempo determinado.